No creo en el amor. No me gustan las situaciones románticas ni nada que lo pueda parecer. Me incomodan todos los gestos de amor que hay a mi alrededor, tanto que he dejado de ver las películas que pretenden endulzar lo que es estar enamorado. Las canciones con letras azucaradas, despechadas o desgarradas ya no me llegan a donde lo solían hacer. Ya no pretendo encontrar a alguien que me salve y se convierta en el verdadero amor de mi vida, todo eso ahora no me hace sentir en paz. Salto hacia atrás sólo con imaginar el roce en mi mano de otra que se acerque. Con toda esta reacción alérgica que he desarrollado hacia el amor, me doy cuenta de que no quiero volver a prometer, ni a decir “siempre”, ni a llorar por algo tan efímero, ni a poner a nadie por encima de todo lo demás, ni a no ver más allá…
Y es que, no creo en el amor, dudo de que exista y no sea más que una palabra que nos sirve para darle sentido a la brevedad de nuestra vida.
No me gusta el amor. Pero tú sí.
Hace bastante tiempo escribí esto,y hay dos cosas que no han cambiado desde entonces, que sigo sin llevarme bien con el amor y que sigo queriendo que tú cambies eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario