If I never see you again
I will always carry you
inside
outside
I will always carry you
inside
outside
on my fingertips
and at brain edges
and at brain edges
and in centers
centers
of what I am of
what remains.
centers
of what I am of
what remains.
Charles Bukowski
Las
historias que duran media vida y se acaban antes de empezar, duelen demasiado. Perder
o rendirse en ese caso tiene el mismo sabor. Esa amargura de tener
que dejar ir, de no saber cómo hacerlo, de intentar la vida o el simulacro de
ella sin ti. Cómo seguir el camino sabiendo que tú no serás nunca su final. Qué
decir para explicarte que alejarme de ti es la más injusta forma de salvarme. Cuándo
y dónde desligarse de la mitad más grande del corazón.
No existe
respuesta alguna para todas esas preguntas. Solamente se deja de luchar. Acabas
por tragarte cada una de las grandes esperanzas que nunca podrás olvidar. Y te
resignas. Aceptas que lo has perdido. Que nunca volverá a ti bajo la lluvia. Y que
vuestros besos no se quedarán retenidos en ninguna polaroid.
Sí, te has rendido. Y es entonces
cuando comprendes que ya sólo queda una salida. La herida que jamás cicatrizará.
El paso que nunca hubieras dado. Un miedo absoluto. Un final insoportable. El
principio de algo que ni siquiera sé imaginar sin estar contigo.
Las
historias que duran media vida y se acaban antes de empezar, hablarán de ti y
de mi. Y de que sí que existió lo imposible.