jueves, 20 de octubre de 2011

Quererse a (des)tiempo.


Tú tan bien como yo sabes, que la paradoja del amor es no saber quererse simultáneamente.

Que si yo te quise un-período-casi-eterno-de-tiempo, tú me quisiste tanto… y tan pronto.

Que cuando me quieres de repente, yo ya he bajado las escaleras. Que cuando
te vuelvo a querer perdidamente…tú ya te has dormido.

Y no nos da tiempo a querernos a la vez.
No encontramos el momento exacto.

Sincronizado. Definitivo.

Me quieres cuando no debes.
Te quiero cuando no puedo.
Sólo nos queremos a destiempo.

Pero no me importa demasiado. Te querré todos los lunes, miércoles, viernes y algún que otro domingo. Aunque tú me quieras toda la vida solamente los días “pares”.

Porque esa es la verdadera paradoja, de si no todo el Amor, este el nuestro.
Que a pesar de imposible es jodidamente perfecto.

martes, 4 de octubre de 2011

Lo que ya no queda.



Tengo apetito de otros cuerpos y
de otras historias.
Que me consuelen de mi fracaso, y
del despropósito de la
memoria.

Ni contigo ni sin ti me encapricharé
entre otras piernas.
Extrañas y que no reconozcan, que
lloro por todo aquello de lo que
ya no queda.

Sabido es que solamente deseo y
beso para olvidar.
Las grandes esperanzas del primer
amor y cien sueños a los que
ya he renunciado.

Pero necesito perder por fin la
cabeza en el intento.
Y dejar que me arranquen el corazón
a mordiscos antes de declararle
muerto.


Y lo haré por ti, y
por la vida que alguien me prometió.