domingo, 27 de febrero de 2011

No se promete nada aquí.



Sí,tenéis razón,debería escribir un libro sobre esto.Pero como casi todo lo que respecta a ti,no sé hacerlo.
No sé por dónde empezar,si por el día en que te conocí y sin saberlo ya lo sabía,o por ese final que tú nunca me dejarás tener.
Crees que debería poner tú nombre para que esta vez no puedas esquivarlo,o,¿te conformarías con un artículo que empiece por una e mayúscula?.
Y qué me dices de los capítulos,qué me dices de eso,que tantas veces no duran más que unas horas y otras muchas llegan con años de retraso.
Cómo se lo explico a los lectores,¿cómo les hago entender que te enamoras de mi a las seis de la tarde pero que decides olvidarme un poco antes de las siete?
Cómo contarles algo que ni yo misma entiendo.Algo que a la vista de cualquier extraño ajeno a tus pasos hacia atrás,no sería más que un fraude.
Una de esas historias que te prometen el mundo con sólo su título y luego te hacen maldecir la pérdida de tiempo empleado en algo que acaba igual que empezó.
Dime entonces,qué les digo para convencerles de que lo que ven no es lo que parece,para que no cierren el libro a la mitad y no se den por vencidos antes de tiempo.Cómo les prometo que merecerá la pena la última frase,si ni siquiera sé si yo algún día la podré acabar.
Sí,tenéis razón,debería escribir un libro sobre esto.Por lo menos así,te sacaría de tu zona de confort y afrontarías de una vez la realidad.
De momento,juegas con la ventaja de que no sé cómo empezar a escribir todavía.Si por el día en que me conociste y con sólo mirarme ya me querías,o por la última vez que nos vimos,cuando ya mentías perfectamente pero todo lo demás seguía intacto.
Sinceramente creo,aunque te haga reír,que la frase "Se amaron siempre y nunca dejaron de tener miedo a amarse demasiado..." sería un buen principio.
Y así quizá una vez leas eso en alto,puede que el final,se escriba solo.Y que además entonces,le merezca la pena al mundo entero pararse a leerlo.

viernes, 25 de febrero de 2011

En la habitación 402

Siempre me gustaron,quizás demasiado,los hoteles.Extrañamente desde pequeña, entrar en uno de ellos me hacía sentir en casa.
Si le preguntáramos a mi ex-psicóloga el por qué de este,cuanto menos contradictorio sentimiento, la respuesta estaría cantanda:
la culpa es de mi madre.Por esa misma respuesta entenderéis ahora lo de ex.
Que seguramente,en alguna parte de mi omnipresente niña traumada interior,esta buena señora tenga razón y la sensación de hogar que me aporta
un lugar de paso,sin dueño fijo y concurrido de extraños,sea debido a la falta de una madre al uso.De esas que te tenían preparada la merienda al llegar a casa
para dejar la mochila,o que llenaban de olor a comida recién hecha todos los días el salón.

El caso,teorías Freudianas aparte,es que en los hoteles me siento bien.Rodeada de gente que seguramente no vuelva a ver,con la paz prefabricada de camas
hechas y toallas nuevas cada día, y sumergida en una rutina aparente de horas concretas para desayunar,imagino un retrato de familia que nunca dura más de un mes,pero que aún así siempre es suficiente.Y esta noche,nos hice esa fotografía,a ti y a mi,en la habitación 402 de algún lugar perfecto.

A ver,dejadme que me explique mejor,para que no haya confusiones y acabe saliendo mi madre por algún lugar....

Resulta que esta noche,he soñado con un hogar,con el retrato de una familia que ni existe ni posiblemente existirá,con la paz y la armonía de un lugar en dónde los vasos para enjuagarse van envueltos en plástico.Hoy he soñado con la perfección de una habitación de hotel en la que pudiéramos vivir tú y yo.

Era la habitación número 402,y allí todos los sueños de futuro que creía no tener se iban a hacer realidad.Como si por un momento me llamara Alicia,en alguna parte de ese sueño todo se daba la vuelta convirtiéndose en algo tan mágico como ilógico,en aquello que encaja pero es imposible,en el 204 del mismo sitio.
La cuestión es que del derecho o del revés,éramos felices,o al menos yo,y eso es mucho decir.

Mientras contemplaba aquel cuadro de nuestra vida colgado en la pared de esa habitación,aquel salón recargado que tan poco tenía que ver conmigo pero que tanto descanso me daba,vi nítidamente cómo sería todo al compartirlo contigo.Me di cuenta de que de alguna manera,si le diéramos la vuelta a lo que conocemos,a lo que creemos que es lo correcto,a lo que debe ser,a lo que creemos que somos,seguiríamos quedando tú y yo.
Lo que nos une pero sobre todo lo que nos separa era tan perfecto allí,dónde por fin encajaban las piezas,que si te lo contara jamás me creerías.
El paso del tiempo ya no me preocupaba,todo lo que pudiera pasar a partir de ese momento ya no me molestaba a la hora de dormir y por fin le puse cimientos al hogar que nunca tuve.

En la habitación 402 del hotel de algún sitio de mi futuro,dejé de castigarme.Allí te amé,y fue para toda la vida.Allí encontré lo que me falta.
Y me dí cuenta de que,para mi desconcierto,el salón que nada tenía que ver conmigo,es justo lo que necesito.Que sólo en él,empezó todo de repente a tener sentido.Y que sólo allí,contigo,todo era por primera vez,suficiente.

Así que he llegado a la conclusión inevitable de que la habitación 402 siempre será nuestra,y que la 204 siempre lo fue.Que en alguna parte de mi,siempre estaré esperando a que los sueños o la vida del revés,me permitan volver a ese lugar donde por fin te quise completamente.
Pero,como siempre hay un pero, lo que no te había contado aún,es que antes de despertarme,supongo que por miedo o por costumbre, te dejé la decisión a ti
y me aseguré de darte la llave antes de marcharme.

(Seguro que la culpa de eso también es de mi madre.)

jueves, 10 de febrero de 2011

La única excepción.

Ningún otro amor fue como el nuestro,
nadie se atrevió a intentarlo.
Ningún otro amor fue así de bello,
tan puro como envenenado.

Ningún otro amor es como este,
que aún nos sigue esperando.
Ningún otro amor es tan resistente,
como para no abandonarnos.

Ningún otro amor será parecido,
cuando nos hayamos encontrado.
Ningún otro amor será conmigo,
tan perfecto como a tu lado.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Atiquifobia


¿Sabes lo que es sentirse cómo si estuvieras a punto de perder la última oportunidad? O,¿saber que todo es posible pero que siempre acaba igual? Te has parado a pensar,¿cómo es sentir que la vida te está esperando y que no puedes hacer nada al respecto? Ver el camino y no dar los pasos.Tenerlo delante y quedarte parado.Ver el agua y querer cogerla con las manos. Dime,¿has sentido alguna vez que te da pánico la única solución?O,¿que necesitas la respuesta a lo que nunca vas a preguntar? Que lo ves pero no lo puedes tocar.Que lo deseas pero no lo puedes soportar.Que lo esperas pero que no lo quieres lograr. Confiésame que sabes de lo que hablo,que tú también tienes miedo. Pero sobre todo,prométeme que me enseñarás a olvidarme de él un día de estos...

domingo, 6 de febrero de 2011

Tú(s)

Tú,que te vas como el viento.
Y vuelves a mi cada cierto tiempo.
Tú,que no te dejas agarrar.
Y que nunca te acabas de marchar.
Tú,que eres lo más bello.
Y que te conozco por dentro.
Tú esa criatura inalcanzable.
Y que sólo yo entiendo.
Tú,esa bestia salvaje.
Y que yo tanto quiero.