jueves, 24 de mayo de 2012

La razón





Puede que la razón de tu existencia, de tu interrupción, de tu masacre en mi vida no sea mas que empujarme. Lanzarme hacia lo que tengo que ser. Crear en mí una ambición de venganza lo suficientemente fuerte como para conseguir todos, o casi todos mis sueños.
Quizás sólo seas el plan maestro de mi vida. El error que se repite una y otra vida hasta aprender. El ingrediente secreto del éxito. El accidente desafortunado que provoca el cambio. La obligación de caminar hacia mi lugar. El libro que tengo que escribir. La foto del millón de dólares. El loft de la Gran Vía. Nueva York. La victoria. El futuro más dulce. El final feliz.

lunes, 21 de mayo de 2012

Te quiero.




Maldita sea tengo que decirte que te quiero, simplemente eso. Nada más. Que te quiero y ya está. Que te quiero como te he querido siempre, sin contemplaciones. Porque sí. Sin razón alguna.
Perdóname pero es que hoy tengo que decirte que te quiero. Que te quiero como la primera vez que te vi. Y que te quise hasta cuando no te quería. Como todos los días, sobretodo aquellos en los que te odié como no se puede odiar a nadie más.
Te quiero. Estas en mí. Y no me importa que tú no me quieras lo suficiente. Así es la manera que tengo yo de quererte. Incondicional. Absurda. Irracional e incoherente. Mía. Solamente tuya. Única.
Así que ojala pudieras escuchar lo mucho que te quiero esta noche. Sin esperar nada de ti. Sin recordar nada de lo que hiciste alguna vez. Sin palabras. Sin futuros ni pasados imperfectos. Sin ningún secreto.
Porque esta vez te quiero de verdad. Con todos tus defectos. Con mucho miedo. Con cotidianidad. Con todas las marcas de mis heridas. Con todo. Con autenticidad.
Hoy por hoy te quiero con calma. 
Y que lo que tenga que ser, así sea. A mi sinceramente hace mucho tiempo que dejó de importarme. Y es que yo te quiero todavía, y con eso me basta.
Yo te quiero y ya está.  

lunes, 14 de mayo de 2012

V de mecagoenmiputavida





Dios, este maldito nudo en la garganta que me esta devorando la respiración.
Es como si estuvieras a punto de romperme el corazón por primera vez.
Como si nada hubiera pasado mientras tanto y no pudiera prepararme para soportarlo.
Vuelvo a sentir todo el cuerpo estupefacto y tembloroso. Alargando el tiempo.
Esperando el golpe.
Tengo todas las jodidas imàgenes en mi cabeza; las mismas de siempre; las que tantas noches me han atormentado.
Las recuerdo como si hubieran pasado ayer o las imagino como si anticipase tu próximo puñetazo. Por costumbre.
Por prevenir lo que no se puede curar. Porque es lo que tù me has enseñado.
Y si (amiga Carmen), es como si se acabara el mundo y da igual que haya vuelto a empezar demasiadas veces.
Duele tanto como la primera vez. Destroza lo poco que habías reconstruido. Es imparable.
Es completamente inevitable. Y crèeme, ya no quedan remedios que no haya intentado. Escudos que no hayan explotado. Escondites en que no me haya encontrado.
No importa cuantas veces me haya dejado las rodillas en el suelo; ni cuantas manos me hayan levantado.
Volveré a caer. Y serán sus pies lo único que pueda ver. Porque lo que no mata completamente hay que repetirlo todas las veces que hagan falta. Y aun así, nunca le es suficiente. Ni a mi tampoco.