Tras una foto tuya.

Ya no queda nada de aquello que eran las mañanas.De aquellos paraísos en los que nada importaba y nada se oía mas que tú, mas que la cercanía desproporcionada y aleatoria de nuestros cuerpos. Y toda aquella maraña de lo que era nuestro se amontona en mi cabeza como sueños infinitamente repetidos, clavándome las garras de un frustrado y ya vivido anteriormente final feliz.

Tan verdaderos como volátiles ellos,tan tuyos como míos fueron,al mismo tiempo soñados como una realidad perfecta, para ser luego despertados en dos direcciones violentamente incompatibles. Sin embargo ahora dormidos también en tu pecho permanecen,tan quietos y huérfanos como en mi pecho pasaron los inviernos,antes de que estallaran en el universo de los sentimientos encontrados sedientos de alineación.

Pero sí,es verdad, puede que hayan desaparecido ya las mañanas y todo lo que no era mas que ellas,puede que las direcciones continúen lentas su camino opuesto, y quizás los sueños no sean hoy mas que una forma de recuerdo involuntario y subjetivo. Pero sea como quiera Dios que sea,quiero prometerme que seguiré siempre siendo algo parecido a lo que fui.Que seguiré soñando lo que no es sólo un sueño y planificando soñar lo que seremos.

Y esta vez cuando volvamos a empezar,en el big bang de lo que ya ha sido imposible,déjame hacerte una foto cualquier día de los que han de-venir.Solamente para que cada vez que intente olvidar o quiera recordar esos nuestros sueños, al mirarla todos y cada uno de ellos, sigan estando ahí. Los míos,los tuyos,los que aún nos quedan por cumplir.