jueves, 1 de noviembre de 2012

Mis Cien años de soledad.





...del pasado con el corazón convertido en cenizas, tenía la impresión de que traspasaba la piel, ella, a través de fuegos fatuos donde aún se percibía. Empezó su luto después de buscarla inútilmente en el sabor de la tierra, en las cartas perfumadas, en la cama tempestuosa. Había encontrado los recuerdos de la evocación implacable, y se paseaba como si fuera un espectro del pasado. Se conmovió, suspiró. -Siempre y ahora, eres al mismo tiempo fusilamiento y prisionera, revolución. El último consejo de guerra.-

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