Absolutamente.

Todo lo que escribo.
Todo lo que pienso.
Todo lo que siento.
Todo lo que deseo.
Todo lo que lloro.
Todo lo que río.
Todo lo que digo.
Todo lo que callo.
Todo lo que temo.
Todo lo que amo.
Todo lo que sueño.
Todo lo que sufro.
Todo lo que vivo.
Todo lo que conozco.
Todo lo que pierdo.
Todo lo que quiero.
Todo lo que fui.
Todo lo que soy.

Todo lo que podría ser.

Y esa es la razón por la que siempre hablo de lo mismo aquí.
Espero que sea suficiente explicación y podáis perdonarme.