I
Pobre de mi que caigo siempre
en la misma trampa,
de amar a las criaturas más bellas.
Pues las amo profundamente por
ser endiabladamente inaccesibles,
más que por su propia belleza.
II
Ni una duda me surge sin embargo
a la hora de adorarlas,
con pura devoción y a ciegas.
Buscando en sus cuerpos intactos
y corazones salvajes,
a la criatura más perfecta de todas ellas.
III
Pero ni una vida me será suficiente
en esa imposible causa,
de no desesperar en el empeño de poseerla.
Pues me condené hace un siglo ya
a enamorarme únicamente,
de la criatura más extraordinaria que existiera.
Pobre de mi que caigo siempre
en la misma trampa,
de amar a las criaturas más bellas.
Pues las amo profundamente por
ser endiabladamente inaccesibles,
más que por su propia belleza.
II
Ni una duda me surge sin embargo
a la hora de adorarlas,
con pura devoción y a ciegas.
Buscando en sus cuerpos intactos
y corazones salvajes,
a la criatura más perfecta de todas ellas.
III
Pero ni una vida me será suficiente
en esa imposible causa,
de no desesperar en el empeño de poseerla.
Pues me condené hace un siglo ya
a enamorarme únicamente,
de la criatura más extraordinaria que existiera.
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