
Quien haya inspeccionado lo suficiente este blog,habrá podido deducir ya,que puede que esté un poco...vale quizá bastante,obsesionada con los finales.
Bueno pues resulta,que pensar sobre ello me ha llevado a la realización demasiado irónica,de que prácticamente nunca soy capaz de acabar nada.
Sí,creo que hoy he sido lo suficientemente valiente,al menos por un período de tiempo que puede que no dure más que esta noche,como para aceptar que estoy bastante jodida en todo lo que respecta a lo realmente importante.
Temo tanto las consecuencias que conllevaría acabar cualquier cosa,que siempre me quedo a la mitad,e incluso a veces,soy incapaz de siquiera empezar.
A ver si soy capaz de explicarme mejor....creo que una vez más,el cine me ayudará a expresarme de una manera menos abstracta.
Mi miedo puede basarse en algo parecido a esta frase, que pertenece a una película que si prestas la suficiente atención,es capaz de cambiarte la vida(Las vidas posibles de Mr.Nobody,os la recomiendo,si es que no lo había hecho ya): "mientras no elijas,todo sigue siendo posible".
Pues a eso me refiero,a que tener el valor de ser capaz de acabar algo,significa,en última instancia,elegir.
Determinar cómo será tu vida a partir de ese final,encaminarla hacia algún sitio concreto,sin saber si podrás volver atrás si es necesario,y deshacer aquella elección.
Y a evitar sea como sea eso mismo,es a lo que yo decidí,en algún día indeterminado (aún),seguramente de mi infancia,dedicar mi vida.
Lo que se le escapó entonces a la niña traumada que aún llevo dentro y que ya os mencioné en otro texto,es que todo significa demasiadas veces nada.
Y que todo siga siendo posible,al menos en mi caso, significa en este momento que realmente no tengo nada.
He tardado demasiado en decidir dejar de no decidir.He empezado a aceptar que debí elegirte a ti,a lo que realmente me apasiona hacer y a mi misma hace demasiado tiempo.
Que al no haber sido capaz de hacerlo,os perdí,me perdí.Y que sin darme cuenta,no decidir me llevó directamente a donde me encuentro ahora,a la vida después del final,
después de la elección de no elegir ser feliz.
Quizá si hubiera tomado una decisión en el momento correcto,a tiempo,no me hubiera hecho falta tener que incrustar,para siempre en mi piel, esa tinta azul turquesa que me intenta calmar cada día,engañándome cerca del corazón,hasta que sea capaz de por fin,finalizar o si preferís elegir,algo.Algo que realmente importe.Algo que encamine mi vida hacia algún sitio concreto.
Esa(s) decisión(es) que conlleve que a pesar de que todo ya no sea posible,por fin ese algo es de sobra suficiente.
No me hagáis demasiado caso,si es que habéis conseguido entender algo,que los años y la madrugada pesan y,des-afortunadamente,mañana habré "olvidado" todo este lío.
(o simplemente haré como que no existe,hasta que te vuelva a ver.)
El destino tendrá que ser justo en un momento u otro... Esperemos
ResponderEliminar