jueves, 28 de abril de 2011

Un café con leche por favor.





El otro día te vi tomando
el primer sorbo de un café con leche.
Y entonces me enamoré de ti.
Puede que olvide todo lo que no sea,
la forma de tus labios en aquel
acantilado de la taza.

Habrá merecido la pena.

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